Nació como pueblo bajo el nombre ni más ni menos que de George Town, pues sus fundadores fueron los militares ingleses que necesitaron un pueblo cercano al estratégico Castillo de San Felipe, que entonces protegía la boca del codiciado puerto de Mahón. Hoy, Es Castell, sigue recordándonos esa etapa de dominación inglesa en cada rincón del pueblo. Vestigios de la influencia inglesa son, por ejemplo, las ventanas de guillotina o el rojo intenso que cubre muchas de las fachadas del pueblo, “rojo inglés” para los menorquines, porque imita el color del típico ladrillo británico. Es Castell es un pueblo lleno de vida. Asomado al mayor puerto natural del Mediterráneo, su gente ha vivido del puerto a lo largo de su historia. Es Castell ha sido tradicionalmente un pueblo de acogida, de ahí su carácter abierto y hospitalario. Desde los puntos más altos de la ciudad podemos observar la enorme fortaleza de La Mola que domina la entrada en la costa norte del puerto de Mahón. Desde ellos también podemos contemplar dos emblemáticos islotes del puerto de Mahón, espectaculares cuando se iluminan por la noche. Se trata de la isla del Rei y el Llatzaret.