A lo largo de la historia, Menorca ha creado su propia gastronomía: la geografía insular y su aislamiento durante largos periodos de tiempo han obligado a sacar el máximo provecho de los productos locales... y del ingenio. Además, las recetas menorquinas han sabido también adaptar recetas e ingredientes llegados a través de las distintas culturas y civilizaciones que han pasado por la isla, así que es posible que al degustar un plato reconozca algunos sabores propios de otras tradiciones gastronómicas.
El amante de la gastronomía Slow disfrutará en Menorca con restaurantes Km 0, que confeccionan platos con productos del entorno. Aquí descubrirá auténticos manjares de tierra y mar que deberá degustar sin prisas. Desde los pescados y mariscos frescos de la isla hasta sus más tiernas carnes, pasando por unas verduras y frutas exquisitas, especialmente en la temporada estival. Ah! Y no se olvide de la repostería, un placer para sus sentidos.
Atrévase con sta gastronomía, y tómese su tiempo para saborearla.